La novela es la historia de un fugitivo que llega a las costas de la depauperada isla canaria de Fuerteventura a comienzos del siglo XX huyendo de su pasado, y cuyas vivencias se entrelazan con las de los pintorescos habitantes de una aldea ficticia, Jaguate, que salvando las distancias, podría concebirse como una suerte de Macondo majorero.
La tensión se incrementa cuando un poderoso cacique del norte de la isla se entera de un peligroso secreto que guarda el protagonista y envía a un sicario, apodado El Guirre, para acabar con su vida.
El relato se desarrolla en un espacio de un mes, aproximadamente, a comienzos del verano de 1926, siendo uno de sus aspectos distintivos su apego a la rigurosidad histórica.
La narrativa se enriquece con el uso moderado del lenguaje popular de la región, incluyendo canarismos y majorerismos, apoyándome en el Diccionario Básico de Canarismos de la Academia Canaria de la Lengua. La cultura y las tradiciones populares de Fuerteventura también están presentes en la trama para sumergir al lector en la rica historia y costumbres de la isla.
El leitmotiv de la obra es una reflexión sobre la realidad del mal, su naturaleza, origen y consecuencias, y la redención como conclusión final, nacida de la fe y la esperanza en el potencial del ser humano para cambiar su destino y circunstancias.
Finalmente, esta novela pretende ser la primera de una serie de otras seis más, en conjunto, siete, dedicadas a cada una de las islas que conforman el archipiélago de las Canarias.